La concentración social
Para la estabilización económica, se continúo con la
política de pactos o de concentración social, puesta en funcionamiento a fines
de 1987 (Cf., supra: 26). Esta consistía, en un sentido general, en la
concertación entre los sectores: Empresarial, el Gobierno, los Campesinos y los
Obreros; para mantener sin mucha variación precios claves de la economía,
-precios y tarifas de productos prestados y producidos por el Estado y la
iniciativa privada, salarios y tipo de cambio.
P.E.C.E. Pacto para la Estabilidad y el Crecimiento
Económico, P.E.C.E. Pacto para la Estabilidad la Competitividad y el Empleo y
P.A.B.E.C. Pacto para el Bienestar, la Estabilidad y el Crecimiento.
Suscitándose la política de pactos de solidaridad, como la
estructura principal para la estabilización económica. En donde se incluía la
aplicación de políticas macroeconómicas de corte monetarista para formar una
estrategia de tipo heterodoxo (Sachs – Larrain, 1994: 754).
Las principales políticas macroeconómicas aplicadas
continuaron siendo:
1) Política fiscal restrictiva
2) Política monetaria restrictiva
3.- Política Cambiaria (tipo de cambio semifijo)
En lo referente a la consolidación del cambio estructural de
la economía, se continúo con la apertura comercial indiscriminada, la
profundización de la privatización de paraestatales y la desregulación
económica y financiera.
Resumiendo, estas medidas macroeconómicas en conjunto
constituirán la estrategia económica de la administración presidida por Carlos
Salinas para la consecución de los objetivos plasmados en el plan nacional de
desarrollo y la consolidación del modelo de acumulación neoliberal.
La política de pactos fue el "arma" principal
(donde se compactaron todas las políticas macroeconómicas), para lograr la
estabilización de la economía. Esta se obtendría bajando los índices
inflacionarios, ya que según los tecnócratas, constituye un requisito necesario
para mantener y hacer efectivas todas las demás políticas y por lo tanto los
objetivos deseados.
1) Política fiscal restrictiva
Con la política fiscal, nuevamente, el objetivo fue sanear
las finanzas públicas ya que los desequilibrios fiscales son una causante del
proceso inflacionario, por lo tanto se hace pertinente tener en equilibrio las
finanzas del gobierno. Para lograrlo, se aumentan los ingresos vía incrementos
de precios y tarifas en bienes y servicios prestados por el Estado, aumento de
impuestos al consumo, venta de paraestatales; esto sería por el lado de los
ingresos. En lo referente a los gastos, estos se tornaran regresivos, debido a
la disminución del presupuesto a ciertos rubros de la economía por ejemplo,
educación, seguridad social y vivienda, por mencionar algunos. Se renegocia la
deuda externa con el Fondo Monetario Internacional y la banca internacional en
1989 (Gurria, 1994), con el fin de disminuir el pago del servicio de la deuda
externa, ya que durante el periodo (1982 -1988) la sangría de capitales había
sido de dimensiones considerables, convirtiendo a la economía mexicana en
exportador neto de capitales. Ahí la urgencia para reestructurar los pagos del
servicio de la deuda externa.
2) Política Monetaria
La Política Monetaria adoptada en el sexenio Salinista fue a
través de operaciones de mercado abierto (Sachs – Larrain, 1994: 250) y estaba
subordinada a la política cambiaría de tipo de cambio semifijo. El fin era el
establecimiento de un mecanismo para combatir el proceso inflacionario. La
política monetaria establecía la esterilización de los activos internacionales
y crédito interno que en conjunto constituyen la oferta monetaria en una
economía pequeña y abierta como la mexicana; por lo tanto la esterilización
consistirá en sacar del mercado de dinero cualquier exceso o en su defecto
inyectar liquidez a la economía dependiendo del requerimiento de los agentes
económicos para realizar sus transacciones. Esto a través de las operaciones de
mercado abierto, donde el gobierno federal celebraba subastas regulares de
varios instrumentos de deuda (Cetes, Bondes, Tesobonos y Ajustabonos ). La
medida conlleva regular la oferta monetaria y así evitar el incremento del
proceso inflacionario debido al exceso de liquidez en el mercado, provocado por
la entrada masiva de capital externo y siendo a la vez lo que le daba
viabilidad a la política cambiaría; de ahí su interdependencia.
3) Política Cambiaría
La política cambiaría puesta en práctica en la
administración Salinista, utilizó el tipo de cambio nominal como ancla
antiinflacionaria durante el periodo: 1988 -1991. Se adopta un tipo de cambio
de “bandas”, es decir la paridad peso-dólar fluctuara dentro de una banda de
flotación con un rango inferior y superior, donde la paridad no debe rebasar
ninguno de los límites descritos. El deslizamiento de la paridad en principio
dependía o era en proporción igual al diferencial de precios entre México y
Estados Unidos. Con el transcurso del tiempo se fue dejando y a partir de 1991,
el gobierno decide basar la política cambiaría en los flujos de capital, por lo
consiguiente ya no estará en función del poder adquisitivo real de la moneda.
Con este tipo de política cambiaría se supedita la base monetaria al monto de
reservas, esto es el ajuste de la base monetaria al monto de reservas
existentes, dándose la subordinación de la política monetaria a la política
cambiaría. Por otra parte si la entrada de capitales va a ser la qué financia
el tipo de cambio nominal y, éste va a mantener sin variación los precios, con
el tiempo el tipo de cambio llevaría a sobrevaluar más la moneda mexicana. Al
depender la política cambiaría del ahorro externo, significó estar “jugando” al
filo de la navaja, por que cuando faltaran esos capitales sería insostenible la
paridad, llevando irremediablemente a devaluar la moneda.
Políticas de Cambio Estructural
a) Privatización de paraestatales
b) Apertura comercial y financiera
c) Desregulación económica y financiera
La crisis de 1994-1995 y la reactivación económica
La crisis de 1994-1995 constituyó una ruptura del proceso de
reproducción normal de la economía mexicana, determinada originariamente por la
imposibilidad de responder a compromisos internacionales. En ese sentido, tuvo
características comunes a anteriores crisis económicas y, en particular, a la
de los ochentas. Pero se distinguió de ellas por responder a una nueva mecánica
de gestación y desencadenamiento en condiciones internacionales y nacionales
igualmente originales.
Como vimos en el capítulo primero, las condiciones internacionales de la
nueva década fueron muy diferentes de las que determinaron la crisis de los
ochentas, cuando existía una clara delimitación entre los mercados financieros
internacional y nacionales, el financiamiento internacional adoptaba la forma
de crédito bancario sindicado a largo plazo a Estados nacionales y la economía
mundial entraba en una coyuntura de encarecimiento muy grande del dinero a partir
de otra de tasas de interés negativas. La nueva crisis fue hija de la
globalización, la apertura de los mercados financieros nacionales, la
titularización y bursatilización del crédito, la primacía de inversión
internacional de cartera, los fondos mutuales y los ataques especulativos masivos
contra monedas nacionales vulnerables (generalmente sobrevaluadas), la carencia
de instituciones multilaterales de auxilio a los países afectados y la
conversión de México en el principal receptor de las nuevas y mas volátiles
formas de inversión entre los países emergentes (tercera parte de la inversión
de cartera dirigida a ese tipo de países)
.
La conjunción de esas condiciones internacionales con la nueva problemática
interna de incorporación del país a la globalización y el TLCAN y de
modernización económica excluyente sin modernización política y social, dio
lugar a una combinación específica de factores cambiarios, financieros, productivos,
sociales y políticos, que incidieron de distinta manera en la gestación y
desencadenamiento de la crisis.
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