La crisis de 1982
El 20 de agosto de 1982, después
de haber reembolsado sumas considerables en el curso de los primeros siete
meses del año, el gobierno mexicano declaró que el país no estaba en
condiciones de continuar los pagos, y decretó una moratoria (suspensión de
pagos) de seis meses (de agosto de 1982 a enero de 1983). Le quedaba una
reserva de 180 millones de dólares y debía desembolsar 300 millones el 23 de
agosto. Había prevenido al FMI, a principios de ese mes, que sus reservas de
divisas no llegaban más que a 180 millones de dólares. El FMI se reunió a
finales de agosto con la Reserva Federal, el Tesoro de Estados Unidos, el Banco
de Pagos Internacionales (BPI) y el Banco de Inglaterra. El director del FMI,
Jacques de Larosière, comunicó a las autoridades mexicanas que el Fondo y el
BPI estaban dispuestos a prestarles divisas con una doble condición: que el
dinero se destinara a pagar a los bancos privados y que aplicaran medidas de
choque de ajuste estructural. México aceptó. Devaluó drásticamente su moneda,
aumentó radicalmente las tasas de interés nacionales, salvó de la quiebra a los
bancos privados mexicanos nacionalizándolos y asumiendo sus deudas. Como
contrapartida, confiscó los 6.000 millones de dólares que éstos tenían en caja.
El presidente, José López Portillo, presentó al pueblo mexicano esta última
medida como un acto nacionalista. Se cuidó muy bien de aclarar que los 6.000
millones de dólares embargados servirían principalmente para reembolsar a los
bancos extranjeros.
En realidad, ¿qué fue lo que
provocó la crisis mexicana? ¿Fue México el que tomó la iniciativa?
En términos generales, la
explicación es clara: el aumento de las tasas de interés decidido por
Washington, la reducción de los ingresos petroleros y el colosal
sobreendeudamiento fueron las causas fundamentales. Los dos primeros factores
constituyen choques externos, y de ellos México no era responsable. El tercer
factor, el sobreendeudamiento, es el resultado de las opciones de los
dirigentes mexicanos, que fueron incitados a endeudar el país con los banqueros
privados y el Banco Mundial.
En resumen durante 1982, México
cayó en su mayor crisis económica. En febrero, el gobierno devaluó el peso, es
decir, reconoció que valía menos que otras monedas. En agosto, la situación se
agravó. El gobierno se quedó sin dinero y el país suspendió el pago de su deuda
externa. El presidente López Portillo decidió nacionalizar la banca. El peso
volvió a devaluarse. Bajó a 70 pesos por dólar y luego a 150. El optimismo
petrolero terminó convertido en pesimismo de la sociedad. En este año fue
elegido el nuevo presidente, Miguel de la Madrid (1982-1988).
Como el éxito puede dar miedo y conllevar a resultados putrefactos como los de hoy en día, ya que esta crisis nos sigue afectando.
ResponderEliminar